miércoles, 23 de abril de 2008

Las ventajas de un cronista

Nunca pensé que la crónica iba a ser un tipo de escritura tan simple y audaz. ¿Por qué simple? No porque sea sencilla a la hora de redactar, pues creo que todos los textos nos producen dificultades (sino no tendrían efecto sobre el lector). Sino que me refiero a la motivación que produce para el escritor. Quiero decir con esto que deja libre al autor de agregar hasta el más ínfimo detalle que percibió presenciando un hecho como puede ser un recital, un festival y demases. Esto tiene la maravillosa ventaja de poder hacer sentir al lector en la piel de quien redacta. A su vez, no hay que olvidar que la crónica entre otras cosas, da la posibilidad de escribir en primera persona, provocando un efecto todavía mayor en quienes la leen.
Como bien deja explicitado Moreno, la crónica es amplia: incluye investigaciones de otros, diálogos y todo tipo de información que el autor pueda conferir valor para su producción. En el texto de Moreno, por ejemplo, ella muestra citando trabajos de otras personalidades (entre ellos Martín Caparrós) la intertextualidad que existe entre la crónica y otros géneros. Y es por ello que la caracterizo como audaz; habiendo leído la nota tengo la sensación de que la crónica apuesta a lo grande: la variedad de géneros que incluye la hace interesante por demás a la hora de apreciarla.

martes, 15 de abril de 2008

Ya no seremos los mismos

Hay personas viajeras; hay personas que se descubren en viaje y luego deben tomar la decisión de continuar el camino. Siempre hay momentos de decisión en el viaje, y momentos de despojo. Algo queda atrás.

Definitivamente siempre queda algo atrás. Cuando uno se traslada hacia ese lugar desconocido, que no figura en ningún mapa, sabe que debe enfrentarse con su propia voluntad. Bueno, es que a medida que culmina ese tan preciado éxodo, ya se va sintiendo la impaciencia, la melancolía, de saber que algo hay que dejar atrás finalizado el trayecto. Cuando uno elige ausentarse, llena sus maletas de pensamientos y se deja llevar, y a mitad de camino, éste nos sorprende aún más. Ya avanzados en el sendero, aprendemos. ¿Pero qué aprendemos?. Eso va a depender del aventurero en cuestión; hay algunos que necesitamos salir de la cotidianeidad y elegimos el viaje como alternativa para escapar. Otros simplemente necesitan descubrirse aún más porque creen que siempre hay algo más. Lo terrible es cuando nos conscientizamos de que el viaje no es eterno, por lo menos para mí, y que todo concluye y el encanto se va. Ahí es el momento en el cual uno decide si seguir vagando por ese mismo lugar u olvidar lo recorrido y volver a la rutina, esperar con paciencia lo que vendrá.

Pero olvidarse no tiene por qué ser trágico para todos. Uno puede olvidarse, despojarse del recuerdo del viaje para prepararse para uno nuevo, mejor. Lo que no puede uno es reencontrarse con él; ya que a esos lugares verdaderos, los que anhelamos y viajamos alguna vez no figuran en el mapa, nunca están. Los lugares verdaderos nunca aparecen en un mapa, no se sabe cómo llegar. Ellos descansan solo en nuestros más profundos pensamientos y es difícil encontrarlo. Cada viaje es único e irrepetible.

Lo que sí queda claro es que siempre algo queda atrás, eso es nuestra vieja personalidad. Pues luego de un viaje, ya no somos los mismos... dejamos las maletas y nos vamos...




Citas seleccionadas: "Hay personas viajeras; hay personas que se descubren en viaje y luego deben tomar la decisión de continuar el camino. Siempre hay momentos de decisión en el viaje, y momentos de despojo. Algo queda atrás".

"No figura en ningún mapa; los lugares verdaderos nunca están". Herman Melville, Moby Dick.