jueves, 9 de octubre de 2008

La Argentina Crónica parte II

- "Skinheads": en primer lugar, otra vez me llama la atención y me parece un detalle que hace bastante al género crónica, es nombrar exactamente las calles para situarnos en el lugar. Otra vez más (así como en el caso poblete por ejemplo), el cronista elige agregar detalles de tipo histórico acerca de cómo surgen los SHARP y la diferencia con los skinheads nazistas. Esto, me resulta interesante para aportar y agregar más datos sobre el tema que se está tratando. Sin embargo, se pueden notar ciertos errores de nombres, fechas, etc.
Más aún, me interesa cómo trabaja con ciertas referencias sutiles como puede ser que en lugar de decir "la banda musical se hizo nazi" elige decir "les empezó a gustar lo que decía Seineldín" dándonos a entender, además, el punto de vista del cronista.
Constantemente utiliza el testimonio, la voz en bruto de los personajes que entrevista y rescata frases tales como "los peores nazis son los que andan de saco y corbata" "paz entre pobres y guerra entre clases", etc. La utlización de frases como estas me resulta un recurso muy interesante. Con respecto a los personajes los describe atentamente, su vestimenta y comportamientos típicos para que los lectores podamos situarnos aún más. No obstante, más adelante en la entrevista al cronista entendemos que el lector a él no le interesa mucho.
Un detalle y no por ello menor, es la referencia crítica al sistema capitalista "trabajo 24x24 porque dormir también es trabajar. Te despertás y sos un obrero más otra vez". No es un detalle menor porque es interesante ver qué tipos de datos y frases recolecta el cronista para que de alguna manera, podamos imaginarnos cómo piensa, etc.
Finalmente, la marca de tiempo me parece ingeniosa y también agrega más detalles e información sutil al decir “era una época de mucha razzia y empezaba el divorcio”.

- "Ortega y Duhalde": En cuanto a la estructura de esta crónica me parece interesante resaltar cómo presenta el cronista lo que será el viaje en tren con estos dos políticos. La descripción del tren, los kilómetros que van a recorrer hacen a esta presentación.
En cuanto al cronista me parece cautivador la forma en la que expresa lo que piensa al decir por ejemplo "mantengansé lejos de la esperanza, no hay nada más agoviante que el viaje con dos políticos en campaña; verlos cómo se mueven en los pueblos, cómo se sacan de encima a los pobres". Otra frase en la cual deja plasmado sus pensamientos es "al cabo de un tiempo uno se da cuenta que parte de la carrera política se resuelve en una foto; se acaba la magia". El autor está hablándole directamente al lector, se está presentando tal cual es.
La descripción del lugar donde sucede todo, el tren es también novedosa. El cronista dice "no hay nada como un tren para descubrir los espacios íntimos. Los rieles delatan las piletas de plástico contaminadas, etc".
Otro recurso que utiliza este autor y que hace al género son los diálogos. Transcribe exactamente pensamientos de los políticos "soy de mentir para que la gente no se sienta mal (luego agrega) No fumo. Ni el cigarrillo me tienta. En mi época cuando yo era chico la droga ni existía" y eso nos hace pensar, ¿acaso eso es para que nos sintamos mejor?. Frases textuales y un poco sacadas de contexto, también transmite los sentimientos del cronista frente a los políticos.
Me resulta atractivo también la descripción de cómo se estaba por largar a llover: "cortina de algodones sucios cierran el atardecer". Luego, el autor también dejará clara su postura cuando cuenta cómo se comporta la gente contratada para aplaudir a Duhalde y Ortega en su campaña, "todo por un sandwich y una coca", "la vida es un espectáculo ruidoso y sin sentido". Esto, provoca un quiebre en la intimidad de estos dos secuaces y de la política (en argentina) en general dejándonos bien claro lo que piensa el autor, y reafirmando en muchos casos, lo que pensamos de ellos.
Para este autor la crónica es un descubrimiento de una historia. Llena los agujeros de la televisión y el cine, aporta sensibilidad y reflexión. Perfecta definición para lo que causó.

- "Y parirás con dolor": Lo que más me interesó de esta crónica gira entorno a su estructura. Me resulta bien clara y concisa. Primero el cronista empieza diciendo la fecha y cuenta brevemente, anticipando lo que sabemos, lo sucedido. Luego, describe el lugar acabadamente (los habitantes, la ubicación geográfica, etc). Más adelante describe detalladamente cómo fue que pasó todo el episodio de Romina Tejerina y da el pie para hablar sobre un tema en particular en profundidad (bien ensayístico si se quiere): el aborto.
La cronista recolecta todo tipo de datos para describir a Romina: la ropa que usa, los boliches que frecuentaba, sus hermanas, su ex novio (padre de la criatura fallecida), etc. También describe la carcel, qué le lleva su familia, cómo la tratan allí, etc.
Hay frases que son cortas pero dicen mucho "el gran problema de Romina son los silencios que ella tiene" también dando cuenta de cómo experimentó su embarazo: en silencio, solo contándole a su hermana por temor a la madre. Otra frase que la cronista utiliza es "Romina fue al baño y parió con dolor".
A mi modo de ver no deja bien en claro cuál es su postura al respecto, solo se limita a relatar.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Posibles nuevos caminos...

Dada la consigna, por el momento utilizaría las siguientes 5 citas para comenzar a dialogar sobre el género crónica...

"La crónica como mirada, como un intento fracasado de atrapar el tiempo, un género bien sudaca" (acá se podría incluír la diferencia entre ver y mirar"

"La crónica, la palabra construyen, evocan, sugieren, reflexionan. Todo lo contrario a una imágen en la cual todo está dado"

"La crónica busca ver en lo cotidiano lo extraño, lo maravilloso"

"La crónica es rebelde, no es el típico periodismo, el cronista se permite la duda"

"La crónica no es urgente"

y agregaría: la crónica como descubrimiento de una historia que llena los agujeros de la TV y el cine, aporta sensibilidad y reflexión... explora.

La Argentina Crónica

Notas de las primeras 3 crónicas:
- "Operación Ja, Ja": la autora incluye lo que piensa y sus sentimientos como por ejemplo la controversia o dos caras que tiene ese trabajo. Todos pensaríamos que las risas demuestran felicidad, pero no siempre es así. Por el contrario, muestra qué hay detrás de cualquier sitcom y desmantela el misterio de los reidores, en algunos casos. Con los testimonios de sus vidas, ella muestra que no siempre su vida está llena de risas. También, demuestra lo difícil que es llegar a la meta que uno tanto desea (el caso de actores que nunca triunfaron, etc.). El lugar es descripto acabadamente a tal punto que cuenta cómo se hace un programa, cómo son las luces en un estudio, etc. Con respecto al tiempo, no es sútil, por ejemplo dice: ...son las 20:20hs. Más aún, me parece importante rescatar la cita de autoridad que hace en ciertos momentos, por ejemplo cuando menciona algo sobre Freud.
La crónica aquí quiere demostrar un pedazo de mundo construído del cual cada uno se acerca por un túnel, una rejilla (según su autora).

-"Un día en la vida de Pepita, la pistolera": Lo que primero me llamó la atención fue la forma en la que comienza esta crónica, esto es, con el pasaje del tiempo. La frase "caen las últimas gotas del sol" nos permite inferir que estamos en presencia del atardecer/anochecer. El tiempo en este caso y de esta forma, es demostrado sutilmente y por decirlo de alguna manera, poéticamente. Con respecto a la descripción del lugar, la autora elige mencionar el nombre de las calles, dónde está situado el cabaret. Logra a mi modo de verlo, que recreemos el ambiente de un sitio así con la descripción de la música que se escucha. Además, podemos apreciar el tono nuevamente poético si se quiere, de esta cronista al detenernos en cómo describe que Margarita tiene tatuajes: -el frío le llega hasta más allá de los tatuajes, bajo la piel-.
La cronista utiliza y cita frases que provienen de su entrevistada, le pregunta sobre lo acontecido, cómo vive, etc. y al hacer esto parecería que desea mostrar que Margarita, es una mujer común con una vida fuera de lo común. Me interesa rescatar algunas frases que toma la cronista de su entrevistada como pueden ser "en este país no sabemos usar las palabras".
Para esta autora, la crónica es una versión insospechada de la realidad, nos permite acceder a ella. Es fundamental respetar las fuentes y a los personajes (es por ello que durante el transcurso del texto la cronista menciona que omitirá 5 historias a pedido de su "personaje").

- "El caso Poblete": Esta crónica comienza con un relato sobre un hecho histórico, más precisamente la última dictadura militar argentina; hay una descripción de los '70. Esto vendría a ser como un pie de lo que vendrá luego: la historia de una nieta recuperada. La cronista aquí, muy poéticamente marca el paso del tiempo y a su principal personaje así "la mirada seca, 22 años de búsqueda y un hijo muerto después, Buscarita suspira". Además, la autora escribe sobre lo que ve en una foto que su entrevistada le muestra sobre la cual Buscarita dirá, con un tono de nostalgia "aquí está Pepe con 15 primaveras". La cronista termina mostrando otra cara de lo que puede suceder al recuperar una nieta/o. El amor y el odio aquí entran en contradicción como nunca antes hasta demostrar que los lazos sanguíneos no son mágicos, y también pueden ser complejos.

jueves, 28 de agosto de 2008

Ensayo: Civilización vs. Barbarie

De acuerdo a donde uno se halle parado, sea en las afueras de una ciudad o en la mismísima capital, las personas suelen cambiar. No solo sus costumbres sino que también, su esencia. También la forma de pensar y particularmente, la forma de relacionarse con los demás. Esto puede sonar raro para quien nunca atravesó la muralla que nos mantiene en la urbe, alejados del “otro” mundo, a saber, el mal denominado campestre. A veces catalogado también como retrasado y aburrido. Como si vivir en la ciudad capital fuese lo más excitante de nuestras irritadas vidas. Cabe hacernos esa pregunta para intentar responder otro interrogante: ¿será más fácil vender nuestra alma al diablo en la ciudad?
Por un lado, al hallarnos en las grandes ciudades podemos pensar que estar siempre a la moda, conocer todos los avances tecnológicos, asistir a grandes eventos o shows -en términos de la globalización- e ir a comer a modernos y costosos restaurantes es lo mejor que nos pudo pasar. Estar al tanto de absolutamente todo –hasta cuánto cobra Angelina Jolie por película- es fabuloso. De vez en vez, uno se encuentra caminando por las calles porteñas de noche, con un escenario de luces provenientes de edificios que brillan por la ausencia de las estrellas y cree que “no hay nada” como estar ahí. También es válido pensar que en la ciudad somos exitosos: tenemos todo al alcance de nuestra mano. Podemos conseguir buenos trabajos, lucir ropas fashion de oficina tomando café y comprar autos bonitos. Al parecer aburrirse no está permitido. O eso al menos creemos. Claro está que ese es sólo un modo de vivir la metrópoli. Hay quienes desarrollan otros tipos de actividades que no incluyen el consumo de revistas, cenas en lujosos sitios y demás. Pero lo cierto es que la mayoría, vivimos sumergidos dentro de la muralla que nos mantiene dentro de la “civilización”. No podemos imaginarnos –repito, en su mayoría- ordeñando vacas y sin mirar televisión antes de irnos a dormir o chequear los e-mails. Eso es como la mismísima barbarie. Ahora bien, por otro lado hallarse en la ciudad puede no ser tan magnífico. La ciudad es también macabra y tiene una doble vida. Puede mostrarse atractiva, y claro está que lo es, pero también es engañosa. No todos tenemos las mismas oportunidades, la pobreza y el analfabetismo existen, la polución es inminente y las palabras ya casi ni tienen valor. Además, suele crear un efecto deshumanizador en las personas, individualizarlas, promover la competencia entre ellas y hasta hacerlas correr al ritmo que ella dispone. Más aún, logra que sean seres interesados por razones pura y exclusivamente instrumentales y para beneficio propio. Rudas. Fatiga hasta el solo hecho de leerlo. La ciudad se nos mea de risa.
Por otro lado, hallarse en las afueras, en el interior de un país a veces denominado campo –es decir, todo lo que no es la ciudad- nos hace mirar a la ciudad con cierto recelo. La imagen de niños y adultos vagando por los campos rodeados de naturaleza, no dan lugar a la maldad. Las personas se relacionan de manera directa y su contacto no es promovido por razones instrumentales. Todos viven felices sin sentir la necesidad de competir y verse más bellos. La ciudad no se entromete en sus vidas. El único reloj que poseen es el del sol, quien dicta a qué hora se come, se duerme y se empieza a trabajar. Hay una especie de espíritu solidario, siempre se está dispuesto a darle una mano al otro sin esperar nada a cambio. Esto es lo que se siente cuando se sale de la urbe. Esto nos hace dar cuenta de que no estar allí también puede ser fabuloso, nos da cuenta de que existe otro mundo o lugar posible y no necesariamente donde el hastío nos invada. En cierto punto nos modifica. Parecería que surge como un efecto humanizante, seguramente porque salen a la luz nuestras peores miserias aprendidas inconscientemente en el asfalto. Nos damos cuenta de la enorme cantidad de veces que quisimos propasar al otro, engañarlo y hasta conseguir beneficios y lucrar con el sufrimiento de otro.
Con todo esto, quiero demostrar que sí es más fácil vender nuestra alma al diablo en la ciudad. Allí tenemos todo al alcance de nuestra mano: hacer trampa también. Para no ser del todo extremista también puedo reconocer que en el interior, en el campo y todas sus otras denominaciones de seguro podemos también traicionarnos. Pero sostengo que la ciudad nos tienta aún más; promueve ello. En suma, tampoco pienso que todos deberíamos ir a vivir al campo. Lo que simplemente me gustaría resaltar es que a veces nos hace bien salir un poco de la pista a respirar, como dice una canción. La civilización nos da más oportunidades de joder nuestra condición humana, estando allí somos un ser, más temible por cierto. En la barbarie, en el campo, en todo lo que no es ciudad, solemos transformarnos en personas más humanas, más escrupulosas; miramos la pobreza y el hambre con otros ojos y eso nos produce cierta congoja.

lunes, 7 de julio de 2008

Y cruzaré los dedos...

Fue en ese ondeado y colorido puente, ese adorable puente al estilo francés. No lo quiso encontrar hasta ese momento.
Impresionante. Así lo sentía ella. Luego de tanto andar sin encontrarlo, sus pies ya descendían por la cuesta del olvido. Sin embargo, cuando menos lo pensaba lo encontró. Frente a eso sentía atormentada y no sabía si huir o a dónde ir. Primero pensó en correr en vistas a el. Lógicamente después de tanta perseverancia y añorar que suceda, sucedía. Luego prefirió no hacerlo, pues sencillamente no le convenía o al menos no le haría bien a su alma. Sus ojos le recordaban las heridas que él mismo le había tatuado en su piel.
Una persona que se encontraba sentado en un banco, no pudo desviar su atención. Contemplando la escena del reencuentro comenzó alocadamente a buscar en su bolso un lápiz y una hoja. Hallados los elementos, empezó a realizar movimientos bruscos; parecía que estaba dibujando, era un apasionado. Bajo el eterno sol del atardecer, con semejante escenario frente a el, era imposible no percibir lo que estaba pasando y retratarlo. La imagen se tornaba borrosa, el puente se desdibujaba a medida que ella retrocedía. Después se hacia cada vez más nítida cuando avanzaba. El se preguntaba y repreguntaba si finalmente ella cruzaría el puente y se dejaría llevar por sus sentimientos. O si, por el contrario, huiría despavorida deshaciéndose de tal hermoso momento como era aquel, en ese tan ansiado puente. De esta manera al artista le costaba dibujar y expresar exactamente lo que ocurría; el ambiente era denso e incierto. El mundo estaba como paralizado, todo giraba en torno al viaducto.
Durante unos segundos se enfrentaron, cada cual en su calle. Ella no emitía palabra alguna. Era tan asombroso y a la vez problemático la encrucijada, que al dibujante cada vez se le hacia más difícil trazar las líneas del puente.
Finalmente, las ansias y la emoción no se hicieron esperar más. Por el rostro de ella rodaron las primeras lágrimas mientras daba unos pasos adelante. El creativo empezó nuevamente a mover con intensidad su lápiz, como entendiendo lo que estaba por venir. En un momento, como era de esperarse, ella comienza acercarse hasta llegar a el. Susurró algo al aire. El dibujante creyó haber leído sus labios, en voz baja decía: gracias por venir. Casi terminando la obra y casi concluyendo los movimientos de sus manos, el destino nuevamente jugó otra carta en esta historia. Ella se dio media vuelta. El artista pudo percibir cómo estallaba el alma de esa joven. Ya todo era desamor y desencuentro –cuando en realidad no es amor-. Al son de cruza el amor, yo cruzaré los dedos… Usa el amor como un puente, el hombre, melancólico, se paró y caminó hacia el puente. No terminó su creación.

Historia 1, historia 2

“En el mar. Cuento de marineros”, Anton Chejov:
- Historia 1: La descripción de los marineros, la situación en la que están, cómo se turnan para ir al agujero (como si fuese algo extraordinario).
- Historia 2: Lo que sucede realmente en el cuarto que se ve por el agujero.


“La forma de la espada”, Jorge Luis Borges:
- Historia 1: Toda la historia que se basa en la conversación cuando están en la casa del general.
- Historia 2: La cicatriz. La historia que hay detrás de ella, la confesión.


“¿Por qué no bailan?”, Raymond Carver:
- Historia 1: Cuando encuentran y revisan la casa, cuando conocen y encuentran al hombre.
- Historia 2: La relación del hombre con la chica, nunca se sabe exactamente qué sucedió.

Línea de tiempo

Antes del período antiguo tardío: Los latinos hicieron relatos geográficos, describieron y analizaron datos precios pero no escribieron sobre los viajes.

Período antiguo tardío: Ya hay viajes a lugares desconocidos, el género se cataloga como visiones. Este tipo de viajes tiene sus orígenes en Europa, Oriente y sus impulsores en general fueron los persas.

Siglo XII: Apareció la necesidad de mantener relaciones con el oriente no cristiano. Esto condujo al papa Inocencio IV a enviar a los tártaros cuatro embajadas de religiosos. Los informes de estos viajes fueron transcriptos fielmente en largos textos.
Un considerable número de textos se refiere a los viajes a Tierra Santa: lugares santos, vueltos a caer bajo el dominio de los musulmanes, permiten reconstruir la geografía.

Siglo XIII: Las notas de bitácora fueron re tomadas por redactores para iniciar relaciones de viajes. El género particular que surge es las relaciones mercantiles y de navegación. El impulso del viaje era el factor económico, no el placer.
Otro subgénero que surge es la tarifa mercantil que eran viajes para descubrir donde comerciar.

1298: Marco Polo le dicta a su compañero de celda Rustichello “Le divisament dou monde”. Es difícil distinguir si los aportes son todos de Marco Polo, qué agregó Rustichello, etc. El problema reside en que Marco Polo se lo dictó oralmente.

Siglo XV: Se inicial viajes al Atlántico que colocan los intereses de los comerciantes y políticos en nuevos territorios. Hacia 1450 comienza la circulación efectiva de libros impresos. Ocurre un gran hecho: la imprenta de tipo móviles (ya existía, pero se populariza, se edita más barato). Esto hizo que se comiencen a imprimir muchos libros, y se construye un público mayor. A partir de esto, se crea un público dispuesto a leer más. Se crea entonces, un mercado editorial: se imprimen libros de viaje. La crónica comienza a ser un género redituable; aparece un lector curioso. Antes los viajes eran impulsados por el factor económico y no por el placer. Hay cuestiones aquí relacionadas a lo tecnológico (imprenta) y a lo económico (ir a América).



Siglo XVI: La importancia de documental de los textos de viaje vuelve a dar valor a una práctica: la fabricación de textos apócrifos. Su veracidad no se puede comprobar, tocan los mismos géneros (el viaje) pero hacen pensar que fue gente que inventó viajes o se inspiró por otros.

Respuestas "Río Arriba"

1- Un motivo de viaje que encuentro en la película, es que se está en busca de algo: en este caso, la necesidad de Ulises de saberlo todo, su identidad, su historia familiar. El viaje como una instancia de crecimiento. Resalta mucho la cuestión de saber del “otro”.

2- El narrador es una especie de cronista (su estilo es parecido a por ejemplo Gastón Pauls, Poleski). Él es el que narra, con su tono, quien nos conduce a los acontecimientos indagando a su familia, a miembros de los pueblos originarios. Este narrador es reflexivo y auto referencial.
Se dirige a todo el pueblo argentino a mi entender, para que podamos comprender que son parte de nuestra cultura y la injusticia que viven al ser despojados de sus patrimonios. Sin embargo, puede estar dirigido también a todo Latinoamérica, debido a que esta situación de los pueblos originarios y el tema de sus tierras, está presente a lo largo de todos los países que la conforman.

3- Ulises se separa de su mundo cotidiano y emprende un viaje hacia el territorio o región desconocida para enfrentarse a distintas fuerzas. Éstas fuerzas con las que se enfrenta, es el esfuerzo que requiere intentar comprender al otro distinto, que tiene una vida distinta. Más aún, él, que pertenece a otro mundo, uno económico explotador de la gente con la que se enfrenta, se plantea ahora comprenderlos y hasta defenderlos. Se siente intruso en su propio país. Su victoria así como la de un héroe que regresa de su aventura con la fuerza de otorgar dones a los demás, es precisamente esa. Vuelve, conociendo, comprendiendo al otro y con la fuerza de compartir con sus semejantes lo que aprendió. Creo que intenta compartir su experiencia y lo que aprendió a su mundo, a su cultura. En mi opinión, el héroe aquí logra la cierta iluminación espiritual pero no logra mostrársela a los demás, ya que están demasiado inmersos en sus dificultades económicas.
De todos modos, creo que también podría interpretarse que no es ningún héroe, que simplemente fue pasajero el hecho de haber ido; pudo haber aprendido algo pero en cierto modo, vuelve a su mundo luego y pudo no haber cambiado nada. Solo lo hizo para las cámaras y para, en cierta manera, sacar un poco de culpa al sentirse miembro de los explotadores.

4- El narrador se vale de testimonios de su familia, de los indígenas y de recortes de diario, radio, de la época. Hay un gran trabajo de archivo, hay variedad de fuentes que hacen a la polifonía (múltiples miradas y voces que dan pruebas).
La música seleccionada también es muy importante.

Estar allí

Los antropólogos muestran la relación con los otros, con la cultura. Siempre se preocuparon por cómo construir algo verdadero del otro. Esta dificultad, también la encontramos en la crónica. No inventamos que fuimos a “ese” lugar, ese es el límite al relacionarnos con el lector. Cabe decir que, en un cuento esto sí es posible pero no en la crónica.
Geertz plantea que los etnógrafos necesitan convencernos no sólo de que verdaderamente han “estado allí”, sino de que, de haber estado nosotros allí hubiéramos visto lo que ellos vieron, sentido lo que ellos sintieron, concluido lo que ello concluyeron. Esto me parece sumamente interesante de analizar. Un cronista diríamos que casi tiene que realizar la misma tarea. Con sus descripciones acabadas y detalladas, con la intertextualidad para mostrar veracidad, con los diálogos que incluye, debe poder mostrarnos que realmente el ha estado ahí.
Cuando realicé mi crónica del BAFICI, me vi en ese mismo problema. Tomé nota de absolutamente todo: los nombres de las calles, las estaciones de subte, diálogos mientras me acercaba y me alejaba del festival. Todo ¿Para qué? Para que puedan apreciar el recorrido que hice hasta llegar allí, para mostrar que verdaderamente he visto la película, para enriquecer aun más el viaje agregando diálogos de personas que estaban allí; que yo estaba allí.
Geertz plantea también que meterse en su propio texto puede resultar muy difícil para los etnógrafos al meterse en interior de una cultura. Al cronista le sucede lo mismo. Éste, como vimos por ejemplo con Caparrós, se sumerge en la cultura del otro: lejano, incierto. Y debe poder desentrañar lo que le sucede, cómo vive, qué hace.
Es la misma tarea y la misma dificultad. Salvando las distancias de los objetivos que le conciernen a cada uno, por supuesto.

Aquel invierno de nuestro verano

Fue este último verano, precisamente en diciembre cuando emprendí un viaje apasionante y aventurero hacia el país imperialista por excelencia, a su invierno seco. Por sobre todas las cosas era un viaje lleno de incertidumbre, pues ni siquiera sabíamos qué haríamos ni dónde viviríamos. Nada estaba planeado con anterioridad, dejamos que todo fluya y que nos sorprenda el azar.
Meses antes, cuando pensábamos sobre el viaje creíamos que no estábamos del todo cuerdos. El hecho de volar lejos de casa, solos, a un sitio que maneja una lengua –que aunque manejamos con mucha naturalidad- distinta y enfrentar un entramado social y cultural completamente distinto al usual no era tan sencillo. Algunos dirán mientras leen estas líneas para qué o por qué lo hicimos, a lo cual contesto que teníamos muchas ganas de explorar, vivir y aprender de un lugar desconocido por nosotros y conocido a la vez mundialmente por su increíble belleza natural. Lo que sentíamos era un espíritu de aventura nunca antes manifiesto. La sensación por dentro cuando abrí mis ojos y me encontraba ante tal maravilloso e imponente lugar no se puede describir ni con los más sofisticados adjetivos. La naturaleza como nunca antes la sentí, el aire fresco que a veces uno tanto necesita, supieron llenarme de felicidad; y más aún compartiéndolo con mi compañero. Dejando atrás vuelos cancelados y la preocupación sobre dónde viviríamos por los próximos tres meses, comenzamos a caminar lentamente por la ciudad. Cada esquina, cada recoveco era un descubrimiento. Con nuestras mochilas cargadas de dudas más allá de los efectos personales, comenzamos a relacionarnos con cuanta persona nos encontrábamos. Como era de esperar, Aspen está colmado de argentinos que viajan al igual que nosotros y fue así que nos mudamos con los que luego serían nuestros amigos, nuestra familia viajera. Siempre era muy divertida la mañana. Cuando nos despertábamos los pasillos de la casa estaban colmados de risas, gritos y por sobre todo, de mucho cariño.
Casi sin darnos cuenta llegada la navidad nos encontrábamos trabajando, divirtiéndonos, experimentando. A pesar de que por momentos se notaba la ausencia de mamá, papá y hermanos –y más aún en vísperas de las fiestas- el viaje era tan perfecto que la melancolía no lograba vencer nuestros ánimos. Pasaban los meses, los días y las horas y cada vez más gente entraba a nuestras vidas, intercambiábamos experiencias y aprendíamos unos de otros.
Cuando tomé el calendario para ver en qué momento armar las valijas en vistas del regreso a casa, no podía creer qué rápido había pasado el tiempo. Ya era marzo, ya era hora de armar los bolsos, ya era hora de volver. Pero sabía que el viaje de vuelta iba a ser distinto. Ya no tendría más incertidumbre, ya todo lo había aprendido y estaba todo guardado muy dentro de mí. Las mochilas pesaban más, pero no solo por la ropa: en ellas había infinitas novedades inmateriales. Sabía que iba a ser un largo trayecto de vuelta a casa y a la jungla de cemento…

miércoles, 2 de julio de 2008

Con esta sangre alrededor...

Dado que mi relato final, basado en una entrevista, es el resultado de una exhausta investigación, de leer libros, de ver películas y de escribir; no podía dejar de recordar(me) el camino que elegí, recorrí y que me llevó a esto hoy. A eso me refiero al por qué siempre escribo al menos una vez al año sobre eso: eso que se llama Identidad...
Años interesada en ello, motivo por el cual decidí subir este artículo que escribí una vez para el periódico escolar. Creo que puede ayudar a enriquecer mi trabajo, cargado de verdaderamente, AÑOS de interés e investigación.


"Año 2006, año 1976... este es el año en el que se cumplen 30 de aquel nefasto y traumático 24 de marzo. Al comenzar a reflexionar sobre lo sucedido, y tomando como base el concepto"Identidad", no se pudo contener la incertidumbre y la pasión por saber qué pasó y cómo construir una sociedad pensante y no manipulable; para que no vuelva a suceder. Fue así que emprendí una visita el mismísimo 24 de marzo de la corriente, al museo de Recoleta, el llamado Museo de la Memoria, donde se exponían distintas manifestaciones artísticas como pinturas, esculturas, música y demás. Al entrar, la sorpresa fue grata: el lugar estaba colmado de gente. Había gente mayor, gente proveniente de la generación sacudida y gente joven como yo. Caras de asombro y mezcla de angustia por ver lo que había escrito en las paredes. Eso fue lo más llamativo y a la vez gratificante. Es decir, fue un lindo momento observar a los jovenes presentes allí, interesados sobre su país y su historia y también verlos y, mejor dicho vernos, luchando por la causa, tan solo con la presencia en el lugar.
Creo que a todos los que estabamos allí, nos ocurría lo mismo. Había una frase resonando en nuestra conciencia: 'nunca más'. A medida que seguía caminando y entrando en las distintas salas, no dejaba de decirme lo impresionante que era todo y lo indignada que estaba. Hasta apareció la necesidad de salir a respirar aire puro afuera, ya que la situación del interior del museo era densamente triste y hasta insoportable.
Lo más impresionante era la manera en la que el valor y el derecho a la identidad, estaban volcados allí. Pues, es difícil pensar que alguien podía incluír un tema así, como la dictadura y la identidad, en una sala de paredes blancas y con tan solo una fotografía o frase colgada. Fue sorpresivo que la presencia de una sola producción artísticahaya sido tan fuerte, significativa y hasta explicativa. Creo que esa misma sensación fue la predominante para todo el público, y fue lo más valioso. Todos los presentes pudieron sentir el clima; lo que querían transmitir los distintos autores; lo que sintieron aquellos 30.000; y, por qué no, la verguenza que sentimos los argentinos al ver tales aberraciones sucedidas en nuestro propio suelo.
Todo esto, nos lleva una vez más a reflexionar. Y por sobre todas las cosas, la idea de: HACER. En pocas palabras: ya basta de hablar, es hora de actuar. Es por ello, que el 24 pareció un día reflexivo y para hacer algo por las vidas perdidas y aquellas que andan por ahí, desconocidas. Esperamos que todos, si no lo hicieron previamente, puedan darse un lugar en este momento al leer estas líneas, para reflexionar e informarse. Si no se sabe lo que pasó, si no se sabe de una historia, no hay una base para seguir con lo que viene, para armar lo que en un futuro será la historia de otros. Y por sobre todo, para que otros no vuelvan a sufrir y en las próximas generaciones, ya nadie tenga que establecer un feriado más en el calendario en conmemoración de toda una generación. Y por sobre todo, que ya nadie tenga que pisar un museo en vista de intentar recuperar las historias perdidas".

miércoles, 4 de junio de 2008

Influencia

"Yo quería escribir una novela periodística, algo en mayor escala que tuviera la verosimilitud de los hechos reales, la cualidad de inmediato de una película cinematográfica, la profundidad y libertad de la prosa y la precisión de la poesía". Eso es lo que yo quiero hacer. O al menos intento. Esa suma de elementos que hacen para Capote la novela periodística, son con los que quiero contar a la hora de tomar la lapicera y escribir. El problema que se me presenta, también sorpresivamente para mi, lo resume Capote "Descubrí que mi estilo se volvía demasiado denso, que me llevaba tres páginas conseguir efectos que debería lograr en un solo párrafo". Efectivamente cada vez que tomo un bolígrafo, cada vez que apreto las teclas frente a un documento en blanco de Word, me siento así. Reiterativa, monotemática, que lo que escribo es pesado pues... si en 4 páginas logro recien el efecto que podría lograr en un párrafo si me aburro yo, ¡ni pensar en los demás!.
No paro de sentirme identificada. Más abajo, siguiendo a Truman, me hace pensar en algo que muchos sentimos -siendo novatos en el asunto- cuando se presenta una consigna de trabajo. Lo que sucede, es que cuesta a veces despegarse de "lo que hay que hacer". Y otras veces se vuela muy alto desviándose por completo. Al restringirme a las técnicas de la forma en la que la profesora o el profesor presentan, a veces uno se queda solamente con eso. Y no por culpa del otro, sino por la de uno mismo. Es difícil soltarse, desprenderse de la famosa consigna; y no se utiliza todo lo que uno "sabe del arte de escribir, todo lo que se ha aprendido de libretos, obras de teatro, reportajes, poesías, cuentos, nouvelles, novelas. Un escritor debía tener a su disposición, sobre su paleta, todos los colores, todas las habilidades para poderlos combinar y, cuando fuera apropiado, aplicar simultáneamente. La pregunta es: ¿cómo?". Así lo resume Capote en un párrfo mientras yo hubiese escrito al menos, dos hojas.

martes, 20 de mayo de 2008

Pasajera en trance

Accidental y breve. No permanente y circunstancial. Algo así también como un andariego, un aficionado a caminar o a viajar. Son momentáneos, su paso casi no se percibe en la mayoría de los casos para los demás, pero sí para ellos. El poco tiempo que pudieron presenciar en un lugar sin lugar a duda no es un mero verbo. No es pasar por pasar... no es caminar solo por el hecho de caminar... no es transitar por transitar.
Un pasajero, un andariego va en busca de algo que ni ellos saben muy bien qué es. El azar, eso tan pecular del viaje los sorprende. Les brinda y les quita. Les hace cargar una mochila más pesada, pues todo viaje hace que la mochila sea más pesada pero a la vez también más liviana. Claro que es posible desprenderse de cosas en el camino también.

Tiempo, viaje y crónica

Kymonos en la tierra roja logra la evocación de imágenes sensoriales, que por supuesto no vemos directamente pero que el autor logra hacer llegar a nuestra mente. Rodolfo Walsh nos invita a viajar en la temporalidad de los sucesos, nos hace inquietar. Arrancando de atrás para adelante, explicando de a momentos con más detenimiento, con más pausa... luego más apresurado y menos detallado. Este tire y afloje, esta marcha y reversa, nos hace estar bien atentos y hasta llega hacer perdurar lo imperdurable.
Tiempo... viaje... crónica, -y agregaría despedidas, partidas- resumen perfectamente los sentimientos e ideas que transmite Walsh en su escrito. Las partidas, descriptas sin demasiados detalles en su mayoría, sin embargo dan cuenta de una sucesión de tiempo mucho mayor y más significativa.
La tarea del cronista, tan similar a la de un etnógrafo quien lleva consigo su diario donde plasma todas sus experiencias como sentimientos, está demostrada claramente aquí. Sin recurrir con demasiada frecuencia al famoso "yo" primera persona, comentando sensaciones y apreciaciones subjetivas notamos a quién pertenece esa voz que nos habla, que nos cuenta como si la historia estuviese pasando ahora.
Walsh, junto con su amigo el fotógrafo, recorre y logra hacer que uno viaje a ese tiempo que el está describiendo y hasta verlo reflejado en el hoy; consigue vigencia. Uno cree que lo que el periodista escribe para un día determinado y que al posterior eso se olvidó y caducó. Bueno, no es este el caso. En esta crónica el periodista permite que hagamos como un detenimiento del tiempo. Es como si el tiempo no hubiese pasado, pues hoy seguimos igual... podemos apreciar situaciones muy parecidas a las descriptas en Misiones de los '60.
A su vez, este corto apartado que leí, por más acotado que sea en sí causa un efecto mucho más duradero que el esfímero tiempo que lleva leerlo. Es corto pero el viaje es largo. El tiempo transcurrido es mucho y a la vez perdura en el hoy.

sábado, 17 de mayo de 2008

El último viaje

El pasado jueves 15 de mayo, mientras leía la sección de "psicología" del diario Página 12, me encontré con una nota sobre el escritor francés Louis-René des Forêts (por supuesto que no lo conocía hasta leer este artículo). Este escritor, aparentemente "escribió una serie de textos, redactados en tercera persona, donde da cuenta de la experiencia de la muerte próxima. La escritura finalizó con el fallecimiento del autor, el 30 de diciembre de 2001". No pude salir de mi asombro al leer este epígrafe. Entonces lo primero que vino a mi mente fue la idea del último viaje. El sabía que moriría y entonces decidió emprender su último viaje. ¿Cómo será ese último viaje?, ¿Habrá sido realmente el último viaje?.
No sé, me parece fantástico: "El poco tiempo que te queda para gemir sobre tu suerte, apresúrate para reír hasta las lágrimas". Con esta simple frase, de la cual todos podemos hacer uso, escuchada y leída en tantos lugares aquí toma otro sentido. Realmente el lo siente así, sabía que se acercaba la muerte y la esperó preparado. La esperó en su viaje...
"se dice el viajero previsor, las cosas pueden cambiar de tal modo que no nos molestará, llegado el caso, tener ese equipaje a mano para enfrentar cualquier eventualidad".

miércoles, 14 de mayo de 2008

"La voz de Luca"

Parecía una vez más de las tantas que tomo el subte que une la calle Leonardo N. Alem con Los Incas. Sin embargo, esta vez no estaba dirigiéndome a la calle Franklin para cursar; esta vez me bajé en la estación Carlos Gardel con destino al Abasto.
Tantas veces había leído en el mes los carteles en las estaciones que decían: “zona BAFICI” que sentía una gran emoción e incertidumbre mientras preparaba mi libreta de anotaciones. Me sorprendí al llegar y encontrar que no podía caminar sin toparme con otros jóvenes por las calles. Además, noté que todos se dirigían al mismo lugar que yo: al pasaje Carlos Gardel, entre Jaures y Anchorena. Esto le agregó todavía más suspenso a mi jornada. Pues por un lado, nunca imaginé que semejante muchedumbre asistiría al documental de Luca Prodan ya que éste sería un reestreno -un año antes se había estrenado y presentado al público-. Por otro lado, tampoco pensé que tanta gente en general, iba al festival.
El BAFICI es el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente. Cabe mencionar esto ya que, al denominarse Independiente, me imaginaba un evento con mucha menos asistencia y menos publicidad. No obstante como bien dije antes, la famosa frase zona BAFICI estaba por toda la capital. Por parte del gobierno de la ciudad hubo una insistente y colorida (colorida por el formato de la campaña en general, característica típica del gobierno porteño de turno) invitación a todos para ir y experimentar este evento de los devotos del cine. Acá reside creo, mi segunda equivocación: no es un festival exclusivo o de interés para cierta gente, que eso es lo que me daba a pensar el término Independiente, amante de la cinematografía y los guiones. A medida que iba caminando por Corrientes hacia la famosa zona BAFICI -en una de sus tantas sedes-, noté que allí asistía todo tipo de público. No solo aficionados y estudiantes del rubro, siempre estereotipados por la sociedad como aquellos que usan prendas raras y anteojos con marcos negros. Sino que, por el contrario había una gran variedad de audiencia. Desde estudiantes que se encontraban allí por mera obligación –que se notaba en sus rostros- hasta cualquiera que optó por ir en su tiempo de ocio. Eso me gustó. Creo que la campaña publicitaria en ese sentido fue efectiva: se dirigió hacia todos y todo tipo de público asistió. Más aún, cualquier evento cultural siempre es bueno que sea bien recibido y visitado por decenas de personas como sucedió aquel sábado 16 de abril por la tarde en el Abasto.
Para saber un poco más de la modalidad del evento, me parece interesante retomar una nota publicada en el diario La nación que demuestra lo que significa para los directores que presentan sus films en el BAFICI, el término independiente.
Gabriel Medina, uno de los directores que participa del BAFICI, manifiesta que es independencia en cuanto a que son películas que no tienen la necesidad comercial de entrar dentro de determinados cánones o determinadas estructuras narrativas dominantes. Celina Murga, otra directora, cuenta que muchas veces la palabra independiente crea confusiones en las personas. Se cree que es un cine hecho con poco presupuesto, pobre técnicamente y muchas veces nada tiene que ver con esto. El cine independiente para ella representa una propuesta estética y ética de lo que se quiere contar y cómo se quiere contar, de asumir riesgos. Más aún, significa libertad, ¿de qué? De probar cosas nuevas en cuanto a estructuras o maneras de contar. Es decir, sacar más las cosas de la vida y no de otras películas.
Volviendo un poco a mis andanzas, más allá de lo impactante que fue chocarme con las personas que luchaban por conseguir un lugar para ver el documental, hubo otro hecho que cambió mi jornada. Llegué sobre la hora, caía la tarde del sábado. Me senté rápidamente en el suelo delante de todo para poder tener una buena visión y escuchar claramente.
Cuando se apagaron las luces que iluminaban el pasaje, una se centró e iluminó el mini-escenario montado y apareció Rodrigo Espina, director del documental del cantante de Sumo. Dijo en pocas palabras y frases cortas, cosas hermosas y creo que hasta profundas. Presentó el documental, contó lo que le había costado terminarlo y cuántos años de preparación le llevó. Así dio prosiguió y dijo la frase por excelencia: “Luca vive gracias a todos ustedes. Ésta fue la voz de Luca”. Una ovación que no permitía que uno hable con el de al lado y escucharse, colmó el pasaje Carlos Gardel. Todos los jóvenes, con la cara de Luca impregnada en todas sus remeras, se emocionaron al escuchar semejante frase que para algunos pudo no haber sido significativa, pero para mi le dio un toque emotivo y de mística. Escucho Sumo desde hace mucho por influencia de hermanas mayores. Me conmueven muchas letras y creo que sin duda fue un icono en la historia del rock nacional. Sin embargo, la mística de su persona nunca me había penetrado. Creo que la entendí mirando el documental.
El film comienza contando mediante la madre del cantante, cómo y dónde fue que nació esta persona que luego sería tan idolatrada por varias generaciones. Luca George Prodan nació en Roma el 17 de mayo de 1953. Su padre era un italiano especialista en arte oriental, mientras que su madre era escocesa. Su familia pertenecía a la aristocracia italiana y por ende, tenían un alto grado de poder adquisitivo del cual Luca nunca fue partícipe ni simpatizante. Era un a época muy complicada en Europa y su madre comenta cómo vivían entre huídas, represión y campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. A medida que va contando esos hechos, esta mujer se torna un personaje cómico. Describe todas las anécdotas más graciosas de su hijo con un tono muy humorista y afirma que desde pequeño, Luca era revoltoso y rebelde. Esto a su padre no le gustaba lo que ocasionó que la relación entre ambos no sea buena. Luca cuestionaba mucho a su padre, y esto, según Cecilia Pollock (el nombre completo de su madre) no se podía hacer. Al parecer el papá de Luca era un hombre muy conservador y autoritario.
Luca fue educado en uno de los mejores colegios de Europa (el Grodonstown College), cuenta su madre a la cámara. Y seguido de esto, nuevamente con mucho humor cuenta cómo fue que su hijo se escapó de la institución. Hasta INTERPOL lo buscaba. Estuvo viajando por Europa, hasta que una mañana su madre lo encontró en una esquina de Roma. Al encontrarlo, la relación con su padre se tornó todavía peor. Luca no paraba de quejarse y de decir que el sistema educativo y político italiano “era idiota”.
Prodan tenía una vocación particular por la música y fue en Inglaterra donde formó su primera banda: "New Clear Heads". Por supuesto que para sus padres esto no era bien visto ya que consideraban que el debía formarse académicamente. Pero Luca, insistente y rebelde quería hacer lo que el quería: música. Fue así cómo comenzó con los peores vicios y padeció su primera enfermedad grave, una infección en el hígado que lo llevó al coma. Luca era adicto a la ginebra. Cecilia sigue contando, siempre con humor, cómo fue que se recuperó y que el estado italiano lo tildaba de “enfermo mental” y una vez hasta terminó preso por tenencia ilegal de drogas. Una voz en off, del cantante expresa que escribió sus mejores poesías mientras estaba encerrado.
En 1981 aceptó la invitación de un amigo que vivía en un campo de Córdoba y vino para las sierras de Mina Clavero, sin hablar ni una sola palabra de español y planeando comprar vacas con todos sus ahorros. “Winter en las sierras” cuenta uno de sus tantos amigos que aparecen en el documental, fue su primera canción en Argentina. Alejando Sokol dice que las letras de Luca él las escribía para descargarse. Al poco tiempo se aburrió de la tranquilidad y se mudó a Buenos Aires, concretamente a la localidad de Hurlingham. Con un grupo de amigos tomaron la iniciativa y gastaron toda la plata en equipos: Germán Daffunchio tocaría la guitarra; Alejandro Sokol el bajo y Stephanie Nuttal, una amiga inglesa, la batería. Sumo se formó en 1981 y debutó en febrero de 1982 en la galería de una casa. Su madre continúa contando cómo fue que vivió ese momento de estar lejos de su hijo y cómo el se mostraba hostil para con ellos.
Sus compañeros de banda, dicen que era increíble cuando subía al escenario: por más ginebra ingerida, el escenario lo transformaba y no hacia evidente que estaba tomado o que había consumido sustancias ilegales, como ya desde hace mucho había comenzado hacer. También, describen cómo era el momento en el que el líder del rock de la época tomaba un micrófono, todos coinciden en lo mismo, “se transformaba, el no actuaba, vivía la vida”. Entre más cuentos de su vida, los integrantes de Sumo explican que Luca “era un tipo común. Iba a sus propios shows en colectivo de línea donde a veces se cruzaba con los fans y no podían entender cómo era que iba a su propio recital”.
Cuando escuchaba esta parte del documental hasta yo no podía creer cómo era la vida de Prodán. Sumamente bizarro y exaltado era como transcurrían sus días. Comenzaba a entender el por qué de tanta fascinación hacia el. Luca no era la imagen típica de un rockero, era un chico común y desinteresado. Por eso ahí comencé a afligirme. Corría el ’85 y otra voz en off del cantante dice que lo malo ya le estaba ganando al cuerpo. El legendario cantante había caído en la adicción por la heroína y nuevamente la ginebra. Mientras tanto en la estrecha calle peatonal, caía la noche. El cielo estaba oscuro y la tristeza crecía, comienzan a relatar cómo iba decayendo, cómo y en qué momento se inyectaba su elixir y una voz femenina lo describe como una bestia humana sensible y agresiva. Cuando miré el reloj ya daban las 19:25, el ritual estaba terminando. Al son de “fuck you” todos movían sus cabezas y miraban al cielo como implorando a alguien. Luca Prodán murió el día 22 de diciembre de 1987 por la madrugada.
Noventa minutos, el tiempo justo para recordarlo. Como era de esperarse, toda la ceremonia terminó con uno de sus éxitos.
Comencé a caminar hasta la boca del subte, esquivando caras tristes, algunos llorando, otros lamentando la agitada vida que llevaba y que lo condujo a la muerte y otros preguntando dónde podían conseguir material inédito para saciar sus oídos. Tomé el subterráneo y guardé mi libreta, feliz de haber asistido al rito del sábado por la noche. Finalmente entendí la misticidad de este hombre.

miércoles, 23 de abril de 2008

Las ventajas de un cronista

Nunca pensé que la crónica iba a ser un tipo de escritura tan simple y audaz. ¿Por qué simple? No porque sea sencilla a la hora de redactar, pues creo que todos los textos nos producen dificultades (sino no tendrían efecto sobre el lector). Sino que me refiero a la motivación que produce para el escritor. Quiero decir con esto que deja libre al autor de agregar hasta el más ínfimo detalle que percibió presenciando un hecho como puede ser un recital, un festival y demases. Esto tiene la maravillosa ventaja de poder hacer sentir al lector en la piel de quien redacta. A su vez, no hay que olvidar que la crónica entre otras cosas, da la posibilidad de escribir en primera persona, provocando un efecto todavía mayor en quienes la leen.
Como bien deja explicitado Moreno, la crónica es amplia: incluye investigaciones de otros, diálogos y todo tipo de información que el autor pueda conferir valor para su producción. En el texto de Moreno, por ejemplo, ella muestra citando trabajos de otras personalidades (entre ellos Martín Caparrós) la intertextualidad que existe entre la crónica y otros géneros. Y es por ello que la caracterizo como audaz; habiendo leído la nota tengo la sensación de que la crónica apuesta a lo grande: la variedad de géneros que incluye la hace interesante por demás a la hora de apreciarla.

martes, 15 de abril de 2008

Ya no seremos los mismos

Hay personas viajeras; hay personas que se descubren en viaje y luego deben tomar la decisión de continuar el camino. Siempre hay momentos de decisión en el viaje, y momentos de despojo. Algo queda atrás.

Definitivamente siempre queda algo atrás. Cuando uno se traslada hacia ese lugar desconocido, que no figura en ningún mapa, sabe que debe enfrentarse con su propia voluntad. Bueno, es que a medida que culmina ese tan preciado éxodo, ya se va sintiendo la impaciencia, la melancolía, de saber que algo hay que dejar atrás finalizado el trayecto. Cuando uno elige ausentarse, llena sus maletas de pensamientos y se deja llevar, y a mitad de camino, éste nos sorprende aún más. Ya avanzados en el sendero, aprendemos. ¿Pero qué aprendemos?. Eso va a depender del aventurero en cuestión; hay algunos que necesitamos salir de la cotidianeidad y elegimos el viaje como alternativa para escapar. Otros simplemente necesitan descubrirse aún más porque creen que siempre hay algo más. Lo terrible es cuando nos conscientizamos de que el viaje no es eterno, por lo menos para mí, y que todo concluye y el encanto se va. Ahí es el momento en el cual uno decide si seguir vagando por ese mismo lugar u olvidar lo recorrido y volver a la rutina, esperar con paciencia lo que vendrá.

Pero olvidarse no tiene por qué ser trágico para todos. Uno puede olvidarse, despojarse del recuerdo del viaje para prepararse para uno nuevo, mejor. Lo que no puede uno es reencontrarse con él; ya que a esos lugares verdaderos, los que anhelamos y viajamos alguna vez no figuran en el mapa, nunca están. Los lugares verdaderos nunca aparecen en un mapa, no se sabe cómo llegar. Ellos descansan solo en nuestros más profundos pensamientos y es difícil encontrarlo. Cada viaje es único e irrepetible.

Lo que sí queda claro es que siempre algo queda atrás, eso es nuestra vieja personalidad. Pues luego de un viaje, ya no somos los mismos... dejamos las maletas y nos vamos...




Citas seleccionadas: "Hay personas viajeras; hay personas que se descubren en viaje y luego deben tomar la decisión de continuar el camino. Siempre hay momentos de decisión en el viaje, y momentos de despojo. Algo queda atrás".

"No figura en ningún mapa; los lugares verdaderos nunca están". Herman Melville, Moby Dick.