miércoles, 4 de junio de 2008

Influencia

"Yo quería escribir una novela periodística, algo en mayor escala que tuviera la verosimilitud de los hechos reales, la cualidad de inmediato de una película cinematográfica, la profundidad y libertad de la prosa y la precisión de la poesía". Eso es lo que yo quiero hacer. O al menos intento. Esa suma de elementos que hacen para Capote la novela periodística, son con los que quiero contar a la hora de tomar la lapicera y escribir. El problema que se me presenta, también sorpresivamente para mi, lo resume Capote "Descubrí que mi estilo se volvía demasiado denso, que me llevaba tres páginas conseguir efectos que debería lograr en un solo párrafo". Efectivamente cada vez que tomo un bolígrafo, cada vez que apreto las teclas frente a un documento en blanco de Word, me siento así. Reiterativa, monotemática, que lo que escribo es pesado pues... si en 4 páginas logro recien el efecto que podría lograr en un párrafo si me aburro yo, ¡ni pensar en los demás!.
No paro de sentirme identificada. Más abajo, siguiendo a Truman, me hace pensar en algo que muchos sentimos -siendo novatos en el asunto- cuando se presenta una consigna de trabajo. Lo que sucede, es que cuesta a veces despegarse de "lo que hay que hacer". Y otras veces se vuela muy alto desviándose por completo. Al restringirme a las técnicas de la forma en la que la profesora o el profesor presentan, a veces uno se queda solamente con eso. Y no por culpa del otro, sino por la de uno mismo. Es difícil soltarse, desprenderse de la famosa consigna; y no se utiliza todo lo que uno "sabe del arte de escribir, todo lo que se ha aprendido de libretos, obras de teatro, reportajes, poesías, cuentos, nouvelles, novelas. Un escritor debía tener a su disposición, sobre su paleta, todos los colores, todas las habilidades para poderlos combinar y, cuando fuera apropiado, aplicar simultáneamente. La pregunta es: ¿cómo?". Así lo resume Capote en un párrfo mientras yo hubiese escrito al menos, dos hojas.